Las plantas nos inspiran, nos relajan, pero no siempre tenemos mano o el espacio para mantenerlas con vida, por eso buscamos alternativas que nos provoquen el mismo efecto y que no requieran de nuestra atención. Cada vez las imitaciones son de mayor calidad y recurrir a ellas es, sin duda, una magnífica opción.

Traer el trópico a nuestro rincón de lectura es fácil. Nada como ir a Macondo con García Márquez con este árbol platanero.


O sumergirse en el Antiguo Egipto con estos papiros que te llevarán más allá del Nilo.

Pero si lo que queremos es dar elegancia a nuestra mesa o a pequeños espacios podemos contar con soluciones más sencillas con flores: pensamientos, hortensias o dalias.

Para flores de moda, las rosas inglesas y las peonías. Y esa es la inspiración de este centro que incluye anastasias, entre otras variables, jugando con el frescor y la naturalidad en los tonos blancos y verdes.


Con reminiscencias marinas, de sales y naturalezas muertas encontramos este conjunto de dientes de león y ramas blanquecinas. Un contraste entre la vida dura que finaliza y la delicadeza de una que se inicia.

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